UNA OPCION PARA ABARATAR COSTES
Una boda es sobre todo una experiencia inolvidable para compartir con tu pareja; un día para ser felices, y para hacer felices a familiares y amigos. Teniendo esto claro, el “cómo” deja de ser tan importante. Y si, por lo que sea, no puedes permitirte comprar el vestido de bodas de tus sueños, pero además no quieres cambiarlo por otro más barato y renunciar así a llevarlo el día de tu boda, entonces tienes claro que el alquiler del vestido va contigo.
Los vestidos de novia son prendas de fiesta realizadas con los mejores tejidos y tras procesos de confección de mucha calidad, y eso se traduce en un precio muy superior a cualquier prenda de ropa. Precio que además incrementará considerablemente en función de la casa o firma que haya los diseñe. Esto es extensible también a los complementos: zapatos, velo, torera… Teniendo en cuenta que sólo nos lo pondremos una vez, es para pensárselo.
Hay dos tipos de alquiler de vestido de novia: el alquiler de segunda puesta (el más habitual; eliges un vestido de entre un stock de trajes ya usados), o el alquiler de estreno (más caro que el de segunda puesta, en el que te hacen el vestido a medida y a tu gusto, pero tras la boda debes devolverlo a la tienda).
En el alquiler del vestido interviene no sólo el precio del vestido, sino una cantidad que va destinada a la limpieza, otra destinada a los ajustes que sean necesarios realizar en el vestido para que te quede perfecto, así como un pequeño seguro, por si existe cualquier problema. En general, alquilar un vestido puede salirte desde 200 euros a 800, dependiendo del modelo. Los más caros suelen ser modelos de colecciones de la temporada correspondiente.
Lo más importante a la hora de elegir un vestido de novia de alquiler es probarte los modelos que más te gusten (acompañada de alguien de muchísima confianza y gusto) y que elijas el que mejor te siente, sacrificando quizá el que más te guste. Es importante que vayas a una tienda de confianza y especializada, porque tendrán muchos más modelos y evitarás sorpresas.
Una vez tengas decidido el vestido, revísalo a concienca, es muy importante que te asegures que absolutamente hasta la última costura esta en perfectas condiciones para evitar sustos el día de la boda. Y por supuesto, haz que te adapten perfectamente el vestido. Si quieres que el ahorro sea completo, alquila el lote completo: can can, zapatos, guantes, corsé…
Para evitar problemas, asegúrate de que tendrás el vestido como mínimo tres días antes de la boda, y pregunta qué ocurriría si por accidente se produjese algún desperfecto. Lo mejor es escoger el vestido de alquiler unos cinco o seis meses antes de la boda, y firmar un contrato de alquiler.
Alquilar el vestido de novia es la mejor opción para todas aquellas personas para las que creen que, por sostenibilidad y ecología, no es bueno comprar cosas que luego prácticamente no vas a utilizar. Y aunque hace ilusión guardarlo y tenerlo para toda la vida, quizá eso no justifica el hecho de adquirirlo para todas las novias.
Via: bodas.net
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